21. Entonces Eliseo se dirigió al manantial, que estaba en las afueras de la ciudad, y lanzando la sal en el manantial, declaró:—El SEÑOR ha purificado estas aguas. Ya no causarán más muerte ni esterilidad.
22. Y así ocurrió. El agua quedó purificada, tal como Eliseo lo dijo.
23. Eliseo salió de Jericó y se dirigió a Betel. En el camino, unos muchachos de la ciudad comenzaron a burlarse de él. «¡Calvo, sube al cielo tú también! ¡Calvo, sube!»
24. Él se dio vuelta, y los maldijo en el nombre del SEÑOR. Al instante, dos osas salieron del bosque y mataron a cuarenta y dos de ellos.
25. De allí, Eliseo fue al monte Carmelo, y luego regresó a Samaria.