2. El único que se salvó fue Joás, que tenía un año de edad, porque su tía Josaba, hija del rey Jorán y hermana del rey Ocozías, logró sacarlo y esconderlo en un dormitorio, junto con su niñera, cuando los demás hijos del rey estaban a punto de ser ejecutados.
3. Durante seis años, Joás y su niñera estuvieron escondidos en el templo del SEÑOR, mientras Atalía reinaba en Judá.
4. En el séptimo año de Atalía, el sacerdote Joyadá mandó a llamar a los jefes de la guardia del palacio y a la escolta real. Se reunió con ellos en el templo del SEÑOR, y luego de hacerles prometer que guardarían el secreto, les mostró al hijo del rey.
5. Luego les dio estas instrucciones: «La tercera parte de quienes estén de guardia en el día de reposo vigilará el palacio.
9. Los jefes obedecieron las órdenes de Joyadá. Llevaron ante él a los hombres que estarían libres en el día de reposo y a los que iban a estar de servicio,
13-14. Cuando Atalía oyó el bullicio, entró al templo del SEÑOR y vio al nuevo rey, de pie junto a la columna, como era costumbre en el momento de la coronación, y rodeado por los oficiales y por muchos trompetistas. Todos se regocijaban y hacían sonar las trompetas. Al ver esto, Atalía se rasgó sus vestidos y gritó: «¡Traición! ¡Traición!»
15. Entonces, el sacerdote Joyadá ordenó a los jefes de la guardia que la sacaran del templo del SEÑOR y la mataran, junto con cualquiera que tratara de acudir en su ayuda.
16. Ellos la arrastraron hacia los establos del palacio, y allí la mataron.
17. Después, Joyadá hizo prometer al rey y a la gente que serían fieles al SEÑOR. Además, hizo un pacto entre el rey y el pueblo.
18. Todos acudieron al santuario de Baal para destruirlo, y rompieron sus altares e imágenes, y mataron a Matán, el sacerdote de Baal, frente al altar.Joyadá puso guardias en el templo del SEÑOR.
19. Luego él, los jefes, los guardianes y todo el pueblo condujeron al rey desde el templo del SEÑOR y, pasando la guardia, lo llevaron a la casa del rey. Y allí Joás se sentó en el trono real.
20. Todos estaban felices, y la ciudad volvió a tener paz después de la muerte de Atalía.