2. que la gracia y la paz de Dios les sean multiplicadas por medio del conocimiento que tienen de Dios y de Jesucristo, nuestro Señor.
3. Dios en su gran poder nos ha concedido lo que necesitamos para llevar una vida piadosa. ¡Lo hizo cuando conocimos a Aquel que nos llamó por su propia gloria y excelencia!
4. Dios nos ha dado preciosas y grandísimas promesas para que ustedes, luego de escapar de la corrupción de este mundo debido a los malos deseos, puedan ser participes de la naturaleza divina.
5. Por eso, deben esforzarse para añadir a su fe una buena conducta; a la buena conducta, el entendimiento;
6. al entendimiento, el dominio propio; al dominio propio, la paciencia; a la paciencia, la devoción a Dios;
7. a la devoción a Dios, el afecto fraternal; y al afecto fraternal, el amor.
8. Si ustedes tienen estas virtudes y las desarrollan, éstas los ayudarán a crecer y conocer más a nuestro Señor Jesucristo, y los harán más fructíferos y útiles.
9. Por otro lado, el que no tenga estas virtudes está ciego o es corto de vista y ha olvidado que Dios lo limpió de sus viejos pecados.
17-18. Estábamos con él en el monte santo cuando resplandeció con la gloria y honor de Dios el Padre. Una voz desde la imponente gloria le dijo: «Éste es mi Hijo amado; estoy muy complacido con él».
19. Así comprobamos el cumplimiento de las profecías, y ustedes hacen bien en examinarlas cuidadosamente. Ellas son como antorchas que disipan la oscuridad, hasta que el día esclarezca y la estrella de la mañana brille en sus corazones.
20. Ustedes deben entender esto: Ninguna profecía de las Escrituras puede ser interpretada como uno quiera,
21. porque los profetas no hablaron por su propia iniciativa. Ellos hablaron de parte de Dios, y fueron inspirados por el Espíritu Santo.