12. Jamás dejaré de recordarles estas cosas, aun cuando las sepan y permanezcan firmes en la verdad.
13-14. El Señor Jesucristo me ha revelado que mis días en este mundo están contados y que pronto he de partir; por ello, mientras viva, es mi obligación hacerles recordatorios como éstos,
15. con la esperanza de que queden tan grabados en su mente que los recuerden aun mucho después de mi partida.
16. No crean ustedes que les hemos estado relatando cuentos de hadas, cuando les hemos hablado del poder de nuestro Señor Jesucristo y de su segundo advenimiento. No. Con nuestros propios ojos vimos su majestad.
17-18. Estábamos con él en el monte santo cuando resplandeció con la gloria y honor de Dios el Padre. Una voz desde la imponente gloria le dijo: «Éste es mi Hijo amado; estoy muy complacido con él».