1. Sé que está de más que les hable de ayudar a los cristianos.
2. Ustedes siempre están dispuestos a ayudar; y he tenido el orgullo de decir a los hermanos de Macedonia que, hace un año, ustedes, los de Acaya, ya estaban listos para enviar una ofrenda. Y es más: el entusiasmo de ustedes fue la chispa que prendió en la mayoría de ellos el deseo de ayudar.
3. Sin embargo, les envío a estos hermanos para asegurarme de que ya están listos para mandar el donativo, como he dicho que lo estarían. No quiero que a última hora me hagan quedar mal.
4. Me daría pena —y a ustedes también— que algunos macedonios fueran conmigo y encontraran que todavía ni siquiera han recogido la ofrenda.
5. Así que pedí a estos hermanos que fueran primero y se cercioraran de que el generoso donativo que ustedes prometieron ya esté listo. Así será una muestra de generosidad y no de tacañería.
6. Ahora bien, el agricultor que siembra pocas semillas, obtendrá poca cosecha; pero el que siembra mucho, mucho cosechará.
7. Cada uno tiene que determinar cuánto va a dar. Que no sea con tristeza ni porque lo obliguen, porque Dios ama al que da con alegría.