22. La otra mujer interrumpió:—Ese sí era el hijo de ella. El niño vivo es el mío.—No —dijo la primera mujer—, el muerto es tuyo y el que está vivo es el mío.Y de esta manera discutieron delante del rey.
23. Entonces el rey dijo:—Aclaremos las cosas: Ambas quieren el niño vivo, y cada una dice que el niño muerto pertenece a la otra.
24. Entonces el rey ordenó que le llevaran una espada. Cuando le entregaron la espada, el rey dijo:
25. —Partan en dos al niño vivo, y denle una mitad a cada una de estas mujeres.