1 Reyes 3:17-18-28 Nueva Biblia al Día (NBD)

2. En aquel tiempo, el pueblo de Israel ofrecía sus sacrificios y ofrendas en altares sobre las colinas, porque el templo del SEÑOR aún no había sido edificado.

3. A pesar de que Salomón amaba al SEÑOR y obedecía todas las instrucciones de su padre David, seguía acudiendo a los pequeños santuarios, que estaban en las colinas, a ofrecer sacrificios y quemar incienso.

4. El más famoso de estos altares sobre una colina era el que estaba en Gabaón, y el rey fue allí y ofreció mil holocaustos.

5. Esa noche, el SEÑOR se le apareció en un sueño, y le dijo:—Pídeme lo que quieras, que yo te lo daré.

6. Salomón le respondió:—Fuiste muy misericordioso con mi padre David, porque él era honesto, veraz y fiel a ti, y obedecía tus mandamientos. Y has continuado mostrándole tu misericordia, al haberle dado un hijo que se sentara en su trono.

7. »SEÑOR, Dios mío, ahora tú me has hecho rey en lugar de David, mi padre, pero soy como un niño que no conoce el camino que ha de seguir.

8. Y aquí estoy entre tu pueblo escogido, un pueblo tan numeroso que es imposible contarlo.

9. Dame sabiduría, para poder gobernar bien a tu pueblo y para tener un buen discernimiento de lo que es bueno o es malo. Porque, ¿quién con su propia capacidad puede cargar con una responsabilidad tan grande?

17-18. —Señor —comenzó a hablar una de ellas—, nosotras dos vivimos en la misma casa. Yo tuve un hijo, estando esta mujer conmigo. A los tres días, ella también tuvo un hijo.

19. Pero el niño de ella murió durante la noche, porque, dormida, se acostó sobre él y lo aplastó.

20. Luego ella se levantó en la noche y tomó a mi hijo mientras yo dormía, y puso su hijo muerto en mis brazos, y el mío lo llevó a dormir con ella.

21. En la mañana, cuando quise darle de mamar a mi hijo, descubrí que estaba muerto. Pero cuando hubo suficiente luz, lo observé bien y me di cuenta de que no era mi hijo.

22. La otra mujer interrumpió:—Ese sí era el hijo de ella. El niño vivo es el mío.—No —dijo la primera mujer—, el muerto es tuyo y el que está vivo es el mío.Y de esta manera discutieron delante del rey.

23. Entonces el rey dijo:—Aclaremos las cosas: Ambas quieren el niño vivo, y cada una dice que el niño muerto pertenece a la otra.

24. Entonces el rey ordenó que le llevaran una espada. Cuando le entregaron la espada, el rey dijo:

25. —Partan en dos al niño vivo, y denle una mitad a cada una de estas mujeres.

26. Entonces la mujer que realmente era la madre del hijo, y que lo amaba mucho, gritó:—No, señor. Mejor déle el niño a esa mujer, pero no lo mate.Pero la otra mujer dijo:—Bien, de esta manera no será tuyo ni mío; que lo dividan entre nosotras.

27. Entonces el rey dijo:—Denle el niño a la mujer que lo quiere vivo, porque ella es su madre.

28. Pronto se difundió este suceso y la sabia decisión del rey por toda la nación, y todo el pueblo estaba asombrado, porque comprendieron la gran sabiduría que Dios le había dado al rey para hacer justicia.

1 Reyes 3