20. Repentinamente, mientras estaban sentados a la mesa, le llegó un mensaje del SEÑOR al anciano,
21-22. y le gritó al profeta de Judá:—El SEÑOR dice que por cuanto has sido desobediente a su claro mandato, y has venido aquí, y has comido y bebido agua en el lugar que él te dijo que no lo hicieras, tu cuerpo no será sepultado junto al de tus padres.
23. Y luego de acabar la comida, el anciano ensilló el burro del profeta.