37. Yo te pondré en el trono de Israel, y te daré poder absoluto.
38. Si escuchas lo que te digo, andas en mis caminos y haces lo que yo considero recto, obedeciendo mis mandamientos, tal como mi siervo David lo hizo, te bendeciré, y tus descendientes gobernarán en Israel para siempre (una vez hice la misma promesa a David.
39. Pero por causa del pecado de Salomón castigaré a los descendientes de David, aunque no para siempre)”».