2. Él es el sacrificio que fue ofrecido por nuestros pecados, y no sólo por los nuestros, sino también por los de todo el mundo.
3. ¿Cómo podemos saber que conocemos a Dios? Si obedecemos sus mandamientos.
4. Si alguno dice: «Yo conozco a Dios», pero no obedece sus mandamientos, miente y no dice la verdad.
5. En cambio, el amor a Dios se demuestra cuando obedecemos lo que él manda. Así estamos seguros de que estamos unidos a Dios.
6. El que afirma que está unido a Dios, debe vivir como Jesucristo vivió.