24. Uno no puede pensar sólo en uno mismo. Hay que pensar en lo que conviene para el bien de los demás.
25. Coman de cualquier carne que se venda en la carnicería. No pregunten nada, por motivos de conciencia.
26. Porque la tierra y cuanto en ella hay pertenecen al Señor.
27. Si alguien que no es cristiano los invita a comer, acepten la invitación y coman cuanto les pongan delante sin preguntar nada por motivos de conciencia.
28. Pero si alguien les advierte de que aquella carne fue sacrificada a los ídolos, no la coman por el bien del que lo dijo, y por motivos de conciencia.