Santiago 4:5-13 La Palabra Versión Hispanoamericana (BLPH)

5. Pues no dice en vano la Escritura: «Dios ama celosamente al espíritu que puso en nosotros».

6. Aunque su benevolencia es siempre mayor, y por eso dice también la Escritura: Dios hace frente a los orgullosos y concede, en cambio, su favor a los humildes.

7. Sométanse, pues, a Dios y resistan al diablo, que no tendrá más remedio que huir.

8. Acérquense a Dios, y Dios se acercará a ustedes. ¡Limpien sus manos, pecadores! ¡Purifiquen sus corazones, ustedes que se portan con doblez!

9. Reconozcan su miseria; lloren y laméntense: que la risa se les convierta en llanto, y en tristeza la alegría.

10. Humíllense ante el Señor y él los ensalzará.

11. Hermanos, no hablen mal unos de otros. Quien critica a su hermano o se erige en su juez, está criticando y juzgando a la ley. Y si juzgas a la ley, no eres su cumplidor, sino su juez.

12. Mas solo hay uno que es al mismo tiempo legislador y juez; solo uno que tiene poder para salvar y condenar. ¿Quién eres tú, entonces, para erigirte en juez del prójimo?

13. En cuanto a ustedes, los que dicen: «Hoy o mañana iremos a tal ciudad y pasaremos allí el año negociando y enriqueciéndonos»,

Santiago 4