22. Ofreciendo el carnero como sacrificio de reparación, el sacerdote hará expiación por él en presencia del Señor y le será perdonado el pecado que cometió.
23. Cuando entren en la tierra y planten toda clase de árboles frutales, durante los tres primeros años considerarán impuros sus frutos, como si estuvieran incircuncisos, y no los comerán.
24. El cuarto año todos los frutos serán consagrados al Señor en una fiesta de acción de gracias.
25. Y el quinto año podrán ya comer su fruto y almacenar sus cosechas. Yo soy el Señor, su Dios.
26. No comerán nada con su sangre. No practicarán la adivinación ni la astrología.