20. Ustedes, en cambio, amados míos, hagan de una fe tan santa como la que tienen, el firme cimiento de su vida; oren impulsados por el Espíritu Santo
21. y manténganse en el amor de Dios, esperando que la misericordia de nuestro Señor Jesucristo los lleve a la vida eterna.
22. Tengan compasión de los que vacilan,
23. contando con que a unos los salvarán arrancándolos del fuego; pero a otros solo podrán compadecerlos, y eso con cautela, evitando incluso el contacto superficial con su torpe conducta.