25. Entre nosotros y ustedes —rubenitas y gaditas— el Señor ha puesto la frontera del Jordán. Ustedes no tienen parte con el Señor». De esta manera, sus descendientes harían que los nuestros dejaran de respetar al Señor.
26. Así las cosas, nos hemos dicho: Construyamos un altar, pero no para holocaustos, ni sacrificios,
27. sino como testimonio, tanto entre nosotros y ustedes como entre los que nos sucedan, de que rendimos culto al Señor con los holocaustos y sacrificios de comunión que ofrecemos en su presencia. Así el día de mañana sus descendientes no podrán decir a los nuestros: «No tienen parte con el Señor».
28. Hemos pensado que si el día de mañana alguien se dirigiera a nosotros o a nuestros descendientes con estas palabras, les podremos responder: «Observen la forma del altar del Señor que hicieron nuestros antepasados, que no es como para ofrecer holocaustos ni sacrificios, sino para que sirva de testigo entre ustedes y nosotros».