Ezequiel 47:2-14 La Palabra Versión Hispanoamericana (BLPH)

2. Me sacó después y me condujo hacia el pórtico septentrional; me hizo dar la vuelta hacia el pórtico exterior, hacia oriente, y vi que el agua fluía por el lado derecho.

3. El hombre salió hacia oriente con un cordón en la mano. Midió quinientos metros y me hizo atravesar: el agua me llegaba a los tobillos.

4. Midió otros quinientos metros y me hizo atravesar: el agua me llegaba a las rodillas. De nuevo midió quinientos metros y me hizo atravesar: el agua me llegaba a la cintura.

5. Midió otros quinientos metros: era ya un torrente que no pude atravesar, pues el agua había crecido y solo a nado se podía atravesar: era un torrente que no se podía vadear.

6. Me dijo entonces:—¿Has visto, hijo de hombre?Después me hizo volver a la orilla del torrente.

7. Al llegar vi que a ambos lados del torrente había muchísimos árboles. Me dijo entonces:

8. —Estas aguas, que fluyen hacia la zona oriental, irán bajando hasta la Arabá*. Después desembocarán en el mar Muerto, el de las aguas sin vida, que quedarán saneadas.

9. Todos los animales que se muevan por donde pasa la corriente vivirán, y además habrá numerosos peces. Cuando el agua llegue allí, el mar quedará saneado y habrá vida en los lugares por donde pase el torrente.

10. En sus orillas se apostarán los pescadores, y desde Engadí* hasta Egláin* la gente tenderá redes. La pesca será como la del mar Grande, y además abundantísima.

11. Pero sus marismas y lagunas no quedarán saneadas: servirán de salinas.

12. A ambas orillas del torrente crecerán toda clase de árboles frutales, de hoja perenne y cargados siempre de fruta; todos los meses producirán nuevos frutos, pues el agua que los riega es la que sale del santuario. Sus frutos servirán de alimento, y sus hojas serán medicinales.

13. Esto dice el Señor Dios: Esta será la frontera* de la tierra que se repartirán como propiedad particular las doce tribus de Israel.

14. Se repartirán por lotes iguales la tierra que juré solemnemente dar a sus antepasados y que ahora les corresponde en herencia.

Ezequiel 47