13. Mientras estaba profetizando, murió Pelatías, hijo de Benaías. Yo caí rostro en tierra y dije entre gritos:—¡Ay, Señor mi Dios! ¿Vas a exterminar al resto de Israel?
14. El Señor me dirigió la palabra:
15. —Hijo de hombre, los habitantes de Jerusalén dicen de sus parientes, de sus familiares y de toda la comunidad de Israel: «Esos están lejos del Señor. A nosotros se nos ha dado el país en herencia».
16. Así pues, diles: Esto dice el Señor Dios: Cuando los llevé a naciones lejanas y los dispersé por otros países, yo fui su santuario, por poco tiempo, en los países adonde llegaron.