7. Presten sus servicios de buen grado, teniendo como punto de mira al Señor y no a la gente.
8. Y recuerden que el Señor recompensará a cada uno según el bien que haya hecho, sin distinguir entre amo y esclavo.
9. En cuanto a ustedes, amos, traten a sus esclavos de igual manera. Prescindan de amenazas y tengan en cuenta que tanto ustedes como ellos pertenecen a un mismo amo, que está en los cielos y no se presta a favoritismos.
10. Solo me resta desear que ustedes se mantengan fuertes, apoyados en el poder irresistible del Señor.
11. Utilicen todas las armas que Dios les proporciona, y así harán frente con éxito a las estratagemas del diablo.
12. Porque no estamos luchando contra enemigos de carne y hueso, sino contra las potencias invisibles que dominan en este mundo de tinieblas, contra las fuerzas espirituales del mal habitantes de un mundo supraterreno.