16. David suplicó a Dios por el niño, hizo ayuno y pasaba las noches acostado en el suelo.
17. Los ancianos de su casa intentaron levantarlo del suelo, pero él no quiso y tampoco aceptó comer nada con ellos.
18. Al séptimo día murió el niño y los servidores de David temían darle la noticia de su muerte, pues se decían:—Si cuando el niño estaba vivo, le hablábamos y no nos escuchaba, ¿cómo vamos a decirle ahora que ha muerto el niño? ¡Cometerá alguna locura!
19. David se dio cuenta de que sus servidores cuchicheaban entre sí y comprendió que el niño había muerto. David preguntó a sus servidores:—¿Ha muerto el niño?Ellos respondieron:—Sí, ha muerto.
20. Entonces David se levantó del suelo, se bañó, se perfumó, se cambió de ropa y fue a la casa del Señor para adorarlo. Luego volvió a su casa, pidió que le prepararan de comer y comió.
21. Sus servidores le preguntaron:—¿Por qué actúas así? Mientras el niño estaba vivo, ayunabas y llorabas por él; y ahora que ha muerto, te levantas y te pones a comer.