2 Reyes 6:22-29 La Palabra Versión Hispanoamericana (BLPH)

22. No los mates. ¿Acaso acostumbras a matar a los que no has capturado con tu espada y tu arco? Ofréceles pan y agua, para que coman y beban y luego regresen a su señor.

23. El rey les preparó un gran banquete y ellos comieron y bebieron. Luego los despidió y regresaron a su señor. A partir de entonces las bandas de sirios no volvieron a invadir territorio israelita.

24. Algún tiempo después, Benadad, rey de Siria, movilizó a todo su ejército y puso cerco a Samaría.

25. El hambre llegó a ser tan grave a causa del asedio, que una cabeza de burro llegó a costar ochenta siclos* de plata y un puñado de palomina, cinco siclos.

26. Un día, el rey paseaba por la muralla y una mujer le gritó:—¡Majestad, socórreme!

27. Él respondió:—Si el Señor no te socorre, ¿con qué voy a socorrerte yo? ¿Con trigo o con mosto?

28. Y el rey le preguntó:—¿Qué te pasa?Ella respondió:—Esta mujer me dijo: «Trae a tu hijo, lo comeremos hoy, y mañana nos comeremos el mío».

29. Así que cocimos a mi hijo y nos lo comimos. Pero cuando al día siguiente le pedí que nos entregara a su hijo para comérnoslo, ella lo escondió.

2 Reyes 6