9. Yo entonces añadí:—No está bien lo que hacéis. ¿No deberíais más bien respetar a nuestro Dios para que no nos menosprecien los paganos, nuestros enemigos?
10. Yo, mis familiares y mis muchachos, también les hemos prestado dinero y cereal. ¡Perdonemos todos las deudas!
11. Devolvedles hoy mismo sus campos, sus viñas, sus olivares y sus casas, así como cualquier interés que hayáis podido cobrarles por el dinero, el cereal, el vino y el aceite.
12. Respondieron:—Lo devolveremos y no reclamaremos nada. Haremos como nos pides.Mandé llamar a los sacerdotes y les hice jurar que cumplirían lo prometido.