14. Pues, en efecto, Juan es Elías, el profeta que tenía que venir.
15. Quien pueda entender esto, que lo entienda.
16. ¿A qué compararé esta gente de hoy? Puede compararse a esos niños que, sentados en la plaza, interpelan a los otros
17. diciendo: «Hemos tocado la flauta para vosotros y no habéis bailado; os hemos cantado tonadas tristes, y no habéis llorado».
18. Porque vino Juan, que ni comía ni bebía, y dijeron de él: «Tiene un demonio dentro».