Juan 10:19-35 La Palabra Versión Española (BLP)

19. Estas palabras de Jesús fueron la causa de una nueva división de opiniones entre los judíos.

20. Muchos decían:— Está poseído de un demonio y ha perdido el juicio; ¿por qué le prestáis atención?

21. Otros, en cambio, replicaban:— Sus palabras no son precisamente las de un endemoniado. ¿Podría un demonio dar la vista a los ciegos?

22. Se celebraba aquellos días la fiesta que conmemoraba la dedicación del Templo. Era invierno

23. y Jesús estaba paseando por el pórtico de Salomón, dentro del recinto del Templo.

24. Se le acercaron entonces los judíos, se pusieron a su alrededor y le dijeron:— ¿Hasta cuándo vas a tenernos en vilo? Si eres el Mesías, dínoslo claramente de una vez.

25. Jesús les respondió:— Os lo he dicho y no me habéis creído. Mis credenciales son las obras que yo hago por la autoridad recibida de mi Padre.

26. Vosotros, sin embargo, no me creéis, porque no sois ovejas de mi rebaño.

27. Mis ovejas reconocen mi voz, yo las conozco y ellas me siguen.

28. Yo les doy vida eterna, jamás perecerán y nadie podrá arrebatármelas;

29. como no pueden arrebatárselas a mi Padre que, con su soberano poder, me las ha confiado.

30. El Padre y yo somos uno.

31. Intentaron otra vez los judíos apedrear a Jesús.

32. Pero él les dijo:— Muchas obras buenas he hecho ante vosotros en virtud del poder de mi Padre; ¿por cuál de ellas queréis apedrearme?

33. Le contestaron:— No queremos apedrearte por ninguna obra buena, sino por haber blasfemado, ya que tú, siendo un hombre como los demás, pretendes hacerte pasar por Dios.

34. Jesús les replicó:— ¿No está escrito en vuestra ley que Dios dijo: Vosotros sois dioses?

35. Si, pues, la ley llama dioses a aquellos a quienes fue dirigido el mensaje de Dios y, por otra parte, lo que dice la Escritura no puede ponerse en duda,

Juan 10