38. Y ahora, así dice el Señor: Si seguís empeñados en pronunciar la expresión «oráculo del Señor», siendo así que os había dado orden de que no dijeseis «oráculo del Señor»,
39. voy a levantaros en vilo y a arrojaros de mi presencia a vosotros y a esta ciudad que os di a vosotros y a vuestros antepasados.
40. Haré que seáis presa de una afrenta eterna y de una vergüenza eterna, que no se olvidarán.