2. Compré el cinturón, como me había mandado el Señor, y me lo ceñí a la cintura.
3. Entonces me dirigió el Señor la palabra por segunda vez, en estos términos:
4. —Toma el cinturón que has comprado y que llevas puesto; vete al Éufrates y cuando llegues, lo escondes en el hueco de una roca.