Hechos 28:4-9 La Palabra Versión Española (BLP)

4. Cuando los isleños vieron al reptil colgando de la mano de Pablo, se dijeron unos a otros:— Este hombre es realmente un asesino; aunque se ha librado de la tempestad, la justicia divina no permite que viva.

5. Pablo, sin embargo, se sacudió el reptil arrojándolo al fuego y no experimentó daño alguno.

6. Esperaban los isleños que se hinchara o que cayera muerto de repente. Pero, después de un largo rato sin que nada le aconteciese, cambiaron de opinión y exclamaron:— ¡Es un dios!

7. Cerca de aquel lugar había una finca que pertenecía a Publio, el gobernador de la isla, quien se hizo cargo de nosotros y nos hospedó durante tres días.

8. Se daba la circunstancia de que el padre de Publio estaba en cama aquejado por unas fiebres y disentería. Pablo fue a visitarlo y, después de orar, le impuso las manos y lo curó.

9. A la vista de esto, acudieron también los demás enfermos de la isla, y Pablo los curó.

Hechos 28