1. Digo, pues, que, mientras el heredero es menor de edad, en nada se distingue de un esclavo. Cierto que es dueño de todo,
2. pero tiene que estar sometido a tutores y administradores hasta el momento fijado por el padre.
3. Lo mismo sucede con nosotros: durante nuestra minoría de edad nos han esclavizado las realidades mundanas.