20. Tomaste a tus hijos e hijas, que me habías dado a luz, y se los ofreciste en sacrificio como alimento. Y como te parecía poco tu conducta de prostituta,
21. degollaste a mis hijos y se los ofreciste para que fueran pasados por el fuego.
22. Con todas tus abominaciones y prostituciones no te acordaste de cuando eras una niña y estabas desnuda del todo, de cuando te revolcabas en tu sangre.
23. Y aparte de todas estas infamias ¡ay de ti! —oráculo del Señor Dios—,
24. te construiste un prostíbulo y en todas las plazas te hiciste una plataforma.