19. Es gente que ha perdido el contacto con Cristo, es decir, con la cabeza por medio de la cual todo el cuerpo, a través de los ligamentos y junturas, se mantiene unido y recibe el alimento querido por Dios.
20. Si habéis muerto con Cristo y nada tenéis que ver con las potencias cósmicas, ¿por qué os dejáis imponer normas como si pertenecieseis a este mundo?
21. «Prescinde de esto; no pruebes eso; no toques aquello».
22. Pero todas esas son cosas destinadas a gastarse con el uso, como prescripciones y enseñanzas humanas que son.
23. Tienen, ciertamente, un aire de sabiduría, con su aspecto de religiosidad, su pretendida humildad y su aparente rigor ascético. En realidad carecen de todo valor; solo sirven para satisfacer* las desordenadas apetencias humanas.