16. Si una creyente tiene viudas en su familia, que las cuide ella y evite así que se conviertan en carga para la comunidad; de esta manera la comunidad podrá atender a las que son verdaderamente viudas.
17. Los presbíteros* que desempeñan con acierto el cargo de dirigentes, merecen una especial consideración; sobre todo los que se afanan en la proclamación de la palabra y en la enseñanza.
18. Ya lo dice la Escritura: No pongas bozal al buey que trilla; y también: «El que trabaja tiene derecho a su salario».
19. No aceptes acusación contra un presbítero a no ser que venga avalada por dos o tres testigos.
20. Reprende públicamente a los que pequen. Así escarmentarán los demás.