10. Los jóvenes que se habían criado con él le respondieron:—Esa gente te ha dicho: «Tu padre nos impuso un yugo insoportable, aligéranoslo tú». Diles tú lo siguiente: «Mi dedo meñique es más gordo que la cintura de mi padre:
11. si mi padre os cargó con un yugo insoportable, yo aumentaré vuestra carga; si mi padre os castigaba con azotes, yo os castigaré a latigazos».
12. Al tercer día, Jeroboán y todo el pueblo fueron a ver a Roboán, tal y como el rey les había dicho.
13. Pero el rey respondió al pueblo con dureza, desoyendo el consejo que le habían dado los ancianos,
14. y les habló siguiendo el consejo de los jóvenes:—Mi padre os impuso un yugo insoportable, pero yo aumentaré vuestra carga. Mi padre os castigó con azotes, pero yo os castigaré a latigazos.
15. Y el rey no quiso escuchar al pueblo, según la decisión del Señor, para cumplir así la promesa que había hecho a Jeroboán, hijo de Nabat, por medio de Ajías de Siló.