6. y dijo al rey:—¡Es cierto lo que había oído en mi país acerca de tus palabras y de tu sabiduría!
7. Yo no me lo creía, hasta que he venido y lo he visto con mis propios ojos. Pero no me habían contado ni la mitad, pues tu sabiduría y riquezas superan las noticias que tenía.
8. ¡Felices tus esposas y cortesanos, que están siempre a tu lado disfrutando de tu sabiduría!
9. ¡Bendito sea el Señor, tu Dios, que ha tenido a bien ponerte en el trono de Israel y, por el amor eterno a su pueblo, te ha designado rey para garantizar la justicia y el derecho!