1. Esto es lo que pido a vuestros dirigentes yo, que comparto con ellos la tarea y soy testigo de la pasión de Cristo y partícipe de la gloria que está a punto de revelarse:
2. apacentad el rebaño de Dios confiado a vuestro cargo; velad* sobre él, no a la fuerza o por una rastrera ganancia, sino gustosamente y con generosidad, como Dios quiere;
3. no como dictadores sobre quienes estén a vuestro cargo, sino como modelos del rebaño.
4. Y el día en que se manifieste el Pastor supremo recibiréis el premio imperecedero de la gloria.
5. En cuanto a vosotros, jóvenes, respetad a vuestros mayores. Que la sencillez presida vuestras mutuas relaciones, pues Dios hace frente a los orgullosos y concede, en cambio, su favor a los humildes.
6. Así que someteos al poder de Dios, para que él os encumbre en el momento oportuno.
7. Confiadle todas vuestras preocupaciones, ya que él se preocupa de vosotros.
8. No os dejéis seducir ni sorprender. Vuestro enemigo el diablo ronda como león rugiente buscando a quién devorar.