2. Y vosotros seguís tan orondos, cuando deberíais vestir luto y no admitir en vuestra compañía a quien así está comportándose.
3. Por mi parte, aunque estoy corporalmente ausente, me considero presente en espíritu y como tal he tomado ya una decisión contra el que así se ha comportado.
4. Reunido, pues, en espíritu con vosotros, en el nombre y con la autoridad de nuestro Señor Jesucristo,
5. he decidido dejar a ese individuo a merced de Satanás*, a ver si queda destruida su condición pecadora* y él, animado por el Espíritu, se salva en el día del Señor.