Lucas 7:24-38 La Nueva Biblia de los Hispanos (NBLH)

24. Cuando los mensajeros de Juan se fueron, Jesús comenzó a hablar a las multitudes acerca de Juan: "¿Qué salieron a ver en el desierto? ¿Una caña sacudida por el viento?

25. "Pero, ¿qué salieron a ver? ¿Un hombre vestido con ropas finas? Miren, los que visten con esplendor y viven en deleites están en los palacios de los reyes.

26. "Pero, ¿qué salieron a ver? ¿Un profeta? Sí, les digo, y uno que es más que un profeta.

27. "Este es aquél de quien está escrito: 'HE AQUI, YO ENVIO MI MENSAJERO DELANTE DE TI, QUIEN PREPARARA TU CAMINO DELANTE DE TI.'

28. "Les digo que entre los nacidos de mujer, no hay nadie mayor que Juan; sin embargo, el más pequeño en el reino de Dios es mayor que él."

29. Al oír esto, todo el pueblo y los recaudadores de impuestos reconocieron la justicia de Dios, y fueron bautizados con el bautismo de Juan.

30. Pero los Fariseos y los intérpretes de la ley (expertos en la Ley de Moisés) rechazaron los propósitos de Dios para con ellos, al no ser bautizados por Juan.

31. "¿A qué, entonces, compararé los hombres de esta generación, y a qué son semejantes?

32. "Son semejantes a los muchachos que se sientan en la plaza y se llaman unos a otros, y dicen: 'Les tocamos la flauta, y no bailaron; entonamos endechas, y no lloraron.'

33. "Porque ha venido Juan el Bautista, que no come pan, ni bebe vino, y ustedes dicen: 'Tiene un demonio.'

34. "Ha venido el Hijo del Hombre, que come y bebe, y dicen: 'Miren, un hombre glotón y bebedor de vino, amigo de recaudadores de impuestos y de pecadores.'

35. "Pero la sabiduría es justificada por todos sus hijos."

36. Uno de los Fariseos pidió a Jesús que comiera con él; y entrando El en la casa del Fariseo, se sentó a la mesa.

37. Había en la ciudad una mujer que era pecadora, y cuando se enteró de que Jesús estaba sentado a la mesa en casa del Fariseo, trajo un frasco de alabastro con perfume;

38. y poniéndose detrás de El a Sus pies, llorando, comenzó a regar Sus pies con lágrimas y los secaba con los cabellos de su cabeza, besaba Sus pies y los ungía con el perfume.

Lucas 7