35. Y cierto hombre de los hijos de los profetas dijo a otro por palabra del SEÑOR: "Te ruego que me hieras." Pero el hombre se negó a herirlo.
36. Entonces le dijo: "Porque no has atendido a la voz del SEÑOR, tan pronto como te apartes de mí, un león te matará." Y tan pronto se apartó de él, un león lo encontró y lo mató.
37. Entonces halló a otro hombre y le dijo: "Te ruego que me hieras." Y el hombre le dio un golpe, hiriéndolo.
38. Y el profeta se fue y esperó al rey en el camino; se había disfrazado con una venda sobre los ojos.