14. y tu mano, Señor, de los mortales!Su heredad está en esta vida;llena, pues, su vientre con tus bienesy que sacien a sus hijosy a sus pequeños dejen las sobras.
15. Pero yo, Señor, me he portado rectamentey por eso contemplaré tu rostro;al despertarme, me saciaré de tu imagen.