19. No acumuléis riquezas en este mundo pues las riquezas de este mundo se apolillan y se echan a perder; además, los ladrones perforan las paredes y las roban.
20. Acumulad, más bien, riquezas en el cielo, donde no se apolillan ni se echan a perder y donde no hay ladrones que entren a robarlas.
21. Pues donde tengas tus riquezas, allí tendrás también el corazón.
22. Los ojos son lámparas para el cuerpo. Si tus ojos están sanos, todo en ti será luz;
23. pero si tus ojos están enfermos, todo en ti será oscuridad. Y si lo que en ti debería ser luz, no es más que oscuridad, ¡qué negra será tu propia oscuridad!