11. Cuando Jesús entró en Jerusalén, se dirigió al Templo. Después de echar una ojeada por todas partes, como ya estaba anocheciendo, se fue a Betania acompañado de los doce apóstoles.
12. Al día siguiente, cuando salieron de Betania, Jesús sintió hambre.
13. Al ver de lejos una higuera muy frondosa, se acercó a ella a ver si tenía fruto; pero encontró únicamente hojas, porque aún no era el tiempo de los higos.
14. Entonces Jesús exclamó de forma que sus discípulos lo oyeran:— ¡Que nunca jamás coma nadie fruto de ti!