Lucas 9:37-56 La Biblia Traducción Interconfesional Versión Española (BTI)

37. Al día siguiente, cuando bajaron del monte, mucha gente salió al encuentro de Jesús.

38. De pronto, un hombre de entre la gente gritó:— ¡Maestro, por favor, mira a mi hijo, que es el único que tengo!

39. Un espíritu maligno se apodera de él y de repente comienza a gritar; luego lo zarandea con violencia, haciéndole echar espuma por la boca y, una vez que lo ha destrozado, a duras penas se aparta de él.

40. He rogado a tus discípulos que lo expulsen, pero no han podido.

41. Jesús exclamó:— ¡Gente incrédula y perversa! ¿Hasta cuándo habré de estar con vosotros y soportaros? Trae aquí a tu hijo.

42. Cuando el muchacho se acercaba a Jesús, el demonio lo derribó al suelo y le hizo retorcerse. Jesús, entonces, increpó al espíritu impuro, curó al muchacho y lo devolvió a su padre.

43. Y todos se quedaron atónitos al comprobar la grandeza de Dios.Mientras todos seguían admirados por lo que Jesús había hecho, él dijo a sus discípulos:

44. — Escuchadme bien y no olvidéis esto: el Hijo del hombre está a punto de ser entregado en manos de los hombres.

45. Pero ellos no comprendieron lo que les decía; todo les resultaba enigmático de modo que no lo entendían. Y tampoco se atrevían a pedirle una explicación.

46. Los discípulos comenzaron a discutir quién de ellos era el más importante.

47. Pero Jesús, que se dio cuenta de lo que estaban pensando, tomó a un niño, lo puso a su lado

48. y les dijo:— El que reciba en mi nombre a este niño, a mí me recibe; y el que me reciba a mí, recibe al que me ha enviado. Porque el más insignificante entre todos vosotros, ese es el más importante.

49. Juan le dijo:— Maestro, hemos visto a uno que estaba expulsando demonios en tu nombre y se lo hemos prohibido, porque no es de los nuestros.

50. Jesús le contestó:— No se lo prohibáis, porque el que no está contra vosotros, está a vuestro favor.

51. Cuando ya iba acercándose el tiempo de su Pascua, Jesús tomó la firme decisión de dirigirse a Jerusalén.

52. Envió por delante mensajeros que entraron en una aldea de Samaría para prepararle alojamiento.

53. Pero como Jesús se dirigía a Jerusalén, los samaritanos se negaron a recibirlo.

54. Al ver esto, los discípulos Santiago y Juan dijeron:— Señor, ¿ordenamos que descienda fuego del cielo y los destruya?

55. Pero Jesús, encarándose con ellos, los reprendió con severidad.

56. Y se fueron a otra aldea.

Lucas 9