15. Así que la gente estaba expectante y todos se preguntaban en su interior si Juan no sería el Mesías.
16. Tuvo, pues, Juan que declarar públicamente:— Yo os bautizo con agua, pero viene uno más poderoso que yo. Yo ni siquiera soy digno de desatar las correas de sus sandalias*. Él os bautizará con Espíritu Santo y fuego.
17. Llega, bieldo en mano, dispuesto a limpiar su era; guardará el trigo en su granero, mientras que con la paja hará una hoguera que arderá sin fin.
18. Con estos y otros muchos discursos exhortaba Juan a la gente y anunciaba al pueblo la buena noticia.
19. También se encaró con el rey Herodes, reprendiendo su conducta con Herodías, la mujer de su hermano, y todas las demás perversidades que había cometido.