55. Cuando la gente de Israel vio que Abimélec había muerto, se volvió cada uno a su casa.
56. Así devolvió Dios a Abimélec el mal que había hecho a su padre Jerubaal matando a sus setenta hermanos.
57. Y también hizo Dios recaer sobre la cabeza de la gente de Siquén toda su maldad. De este modo cayó sobre ellos la maldición de Jotán, hijo de Jerubaal.