41. Quitaron, pues, la piedra y Jesús, mirando al cielo, exclamó:— Padre, te doy gracias porque me has escuchado.
42. Yo sé que me escuchas siempre; si me expreso así, es por los que están aquí, para que crean que tú me has enviado.
43. Dicho esto, exclamó con voz potente:— ¡Lázaro, sal afuera!