1. Una mujer, casada con uno de la comunidad de profetas, fue a suplicar a Eliseo:— Mi marido, servidor tuyo, ha muerto; y tú sabes que era un hombre religioso. Ahora ha venido el acreedor a llevarse a mis dos hijos como esclavos.
2. Eliseo le dijo:— ¿Qué puedo hacer por ti? Dime qué tienes en casa.Ella respondió:— Sólo me queda en casa una alcuza de aceite.