4. — Sube a ver al sumo sacerdote Jilquías y dile que prepare el dinero del Templo aportado por la gente y recogido por los porteros.
5. Que se lo entregue a los encargados de las obras del Templo, para que paguen a los obreros que llevan a cabo la reparación de los desperfectos del Templo,
6. carpinteros, constructores y albañiles, y para que compren madera y piedras labradas con destino a la reparación del Templo.
7. Y que no se les pida cuenta del dinero entregado, porque actúan con honradez.