4. Suprimió los santuarios de los altos*, derribó las columnas, rompió los postes sagrados e hizo trizas la serpiente de bronce que había hecho Moisés, pues los israelitas seguían quemándole incienso todavía; la llamaban Nejustán.
5. Ezequías confió firmemente en el Señor, Dios de Israel, y entre todos los reyes de Judá no hubo ninguno como él, ni antes ni después.
6. Permaneció fiel al Señor, sin apartarse de él, y cumplió los mandamientos que el Señor había dado a Moisés.