32. David dijo a Saúl:— ¡Que nadie se desmoralice por su culpa! ¡Este siervo tuyo irá a luchar contra ese filisteo!
33. Saúl le respondió:— Tú no puedes ir a enfrentarte con ese filisteo, pues tú no eres más que un muchacho y él es todo un guerrero desde su mocedad.
34. Pero David le replicó:— Este siervo tuyo ha sido pastor del rebaño de mi padre y cuando llegaba un león o un oso a llevarse alguna oveja del rebaño,
35. yo lo perseguía, lo golpeaba y se la quitaba de la boca. Y si me atacaba, lo agarraba de la cabeza y lo golpeaba hasta matarlo.