5. Samuel respondió:— ¡Salud! Vengo a ofrecer un sacrificio al Señor. Purificaos y venid conmigo al sacrificio.Samuel purificó a Jesé y a sus hijos y los invitó al sacrificio.
6. Cuando llegaron, vio a Eliab y pensó:— Aquí está el ungido del Señor.
7. Pero el Señor le dijo:— No valores sólo su aspecto y su buena planta, porque yo lo he descartado. Aquí no valen miras humanas. Pues vosotros os fijáis en las apariencias, pero yo miro al corazón.
8. Jesé llamó a Abinadab y lo presentó a Samuel, que dijo:— A este tampoco lo ha elegido el Señor.