1. Recuerda siempre a todos que deben someterse a los gobernantes y autoridades. Diles que obedezcan y siempre estén listos para hacer el bien,
2. que no hablen mal de nadie, vivan en paz con los demás, sean comprensivos y traten a todos con amabilidad.
3. Antes nosotros también éramos insensatos; no obedecíamos y estábamos perdidos. Éramos esclavos de toda clase de placeres y deseos, éramos malvados y envidiosos. Los demás nos odiaban y nosotros a ellos.
4. Pero Dios nuestro Salvador mostró su bondad y su amor por la humanidad.
5. Él nos salvó gracias a su misericordia, no por algo bueno que hubiéramos hecho. Nos salvó lavándonos, dándonos una vida nueva al renovarnos por medio del Espíritu Santo.
6. Dios derramó en abundancia el Espíritu Santo sobre nosotros por medio de Jesucristo, nuestro Salvador.
7. Así que aprobados por el generoso amor de Dios, disfrutamos de la esperanza de la vida eterna que Dios tiene para sus hijos.