80. Ayúdame a obedecer de corazón tus mandatos para que nunca tenga que sufrir pena y humillación.
81. Estoy agotado esperando que me salves, pero confío totalmente en tu palabra.
82. Mis ojos ya están cansados de tanto esperar tu promesa y digo: «¿Cuándo me consolarás?»
83. Aunque me siento terriblemente agotado, no me he olvidado de tus mandatos.
84. ¿Cuánto tiempo más tendré que vivir esperando que des la orden de castigar a todos los que me atacan?